Candlemass, es personalmente el prototipo más genuino de toda la historia del doom metal.
Nadie como este grupo sueco construye unos sonidos tan puros y centrados en el estilo. Lo consiguieron a la primera, con Epicus Doomicus Metallicus en el año 1986, lo ratificaron con Nightfall y, posteriormente, con Tales Of Creation.
En 2007, tras haber dejado de forma definitiva su conflictiva etapa con Messiah Marcolin, editaron King Of The Grey Islands, un álbum brillante donde ratificaban la solidez de sus esquemas y presentaban a su nuevo vocalista Robert Lowe, procedente de la banda no menos importante Solitude Aeturnus.
En 2008, lanzaron el EP Lucifer Rising, con algunos clásicos en directo, un par de temas en estudio y una nueva versión de su hit, Demons Gate. Un exquisito aperitivo en espera del plato fuerte, que ahora nos sirven con todos los ingredientes que conforman su sello característico.
Death Magic Doom, una vez más, confirma quiénes son los maestros del género, con una capacidad de revitalización envidiable y manteniendo intactas sus reconocidas raíces. Para definir su contenido, no hay que recurrir a sesudos argumentos porque sus perfiles son tan obvios que abruman.
Estamos ante otro puñado de graníticas canciones de sobrecogedora cadencia, donde los aplastantes y metálicos riffs marcan las directrices a seguir dentro de unos parámetros en los que todos los implicados exhiben unas solventes cualidades. Implacables y en mejor forma que nunca.
Siempre lo dije, lo digo y lo seguiré afirmando,
CANDLEMASS, es una de las pocas bandas que nunca me defraudaron, disfrútenlo.
Bájatelo AKI.